La prohibición del uso del dióxido de titanio en los alimentos ha sido un tema de gran debate en los últimos años. En España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha a prohibido el uso del dióxido de titanio en los alimentos desde enero de 2022. Esta decisión ha generado interés en el público en general y en la industria alimentaria en particular. En este artículo, exploraremos las implicaciones de esta prohibición y cómo afectará a la industria alimentaria española.
¿Qué es el dióxido de titanio E-171?
El dióxido de titanio es un aditivo alimentario comúnmente utilizado para blanquear y mejorar la textura de los alimentos. Se utiliza en muchos productos, incluyendo dulces, helados, chicles y salsas. Sin embargo, estudios recientes han sugerido que el dióxido de titanio podría ser dañino para la salud humana.
Riesgos para la salud del dióxido de titanio
La evidencia sugiere que el dióxido de titanio E-171 podría ser perjudicial para la salud humana. Un estudio reciente realizado en Francia encontró que el dióxido de titanio puede causar daño celular e inflamación en el tracto gastrointestinal. Además, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha declarado que no puede establecer una ingesta diaria admisible (IDA) para el dióxido de titanio debido a la falta de datos adecuados sobre su seguridad.
Prohibición en España
Dado el riesgo potencial para la salud humana, la AESAN ha anunciado que prohibirá el uso del dióxido de titanio en los alimentos a partir del 1 de enero de 2022. La prohibición se aplica a todos los alimentos destinados al consumo humano que contengan dióxido de titanio. Esto significa que los fabricantes de alimentos tendrán que buscar alternativas al dióxido de titanio para mejorar la textura y el color de sus productos.
¿Por qué el dióxido de titanio es controvertido?
El dióxido de titanio se utiliza en una amplia variedad de productos alimentarios, incluyendo caramelos, pastelería, chicles, panes y carnes procesadas, para mejorar su apariencia. Sin embargo, ha habido preocupaciones sobre los posibles riesgos para la salud asociados con su consumo. El dióxido de titanio ha sido clasificado como posiblemente cancerígeno para los seres humanos por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC). Además, los estudios han sugerido que el dióxido de titanio puede causar inflamación en los intestinos, lo que podría afectar la absorción de nutrientes.
Alternativas al dióxido de titanio
Dado que el dióxido de titanio ha sido objeto de controversia, la industria alimentaria ha estado buscando alternativas para lograr los mismos resultados de blanqueamiento y opacidad sin tener que usar este aditivo. Algunas de las alternativas más comunes incluyen:
Dióxido de silicio
El dióxido de silicio es un mineral natural que se encuentra en la arena y la roca. Se utiliza comúnmente como aditivo alimentario para mejorar la textura y evitar la aglomeración. También se puede utilizar como agente blanqueador. El dióxido de silicio es generalmente seguro para el consumo humano y ha sido aprobado por la FDA.
Óxido de zinc
El óxido de zinc se utiliza comúnmente como protector solar debido a sus propiedades de reflexión de la luz. También se puede utilizar como aditivo alimentario para mejorar la opacidad. El óxido de zinc es generalmente seguro para el consumo humano y ha sido aprobado por la FDA.
Carbonato de calcio
El carbonato de calcio es un mineral que se encuentra en la piedra caliza y el mármol. Se utiliza comúnmente como suplemento de calcio y también se puede utilizar como agente blanqueador y opacificante. El carbonato de calcio es generalmente seguro para el consumo humano y ha sido aprobado por la FDA.
Arcillas
Las arcillas se utilizan a menudo como aditivos alimentarios para mejorar la textura y la estabilidad. También se pueden utilizar como agentes blanqueadores y opacificantes. Las arcillas son generalmente seguras para el consumo humano y han sido aprobadas por la FDA.